soledad

y el frío fuego que ya nada quema por dentro,
extinguido por las burdas canciones funestas.
ya ni el sol, ni las aguas cristalinas encienden el furor.
ya ni el más mínimo atisbo de belleza
nada... hace brillar estos ojos luciérnagas.
y la soledad golpeadora, más nítida que nunca,
más que el transparente, más que el vidrio puro.
burlesco y sin sentido se desviste...
sin pudor alguno.

y ya ni hacer, sino sólo aceptar.
ríe ironía, madre del llanto, que a tus brazos me lanzo.
la ahogada soledad, jamás antes tan difícil de llevar.
entonces ¿qué la hace hoy tan poco vivible?