31/3/12
30/3/12
tres errores
creación expresiva
sabe su concepción y su término, su agonía y su desdicha, nada más cabe en su apretada mente más que su muerte; su apestosa muerte cayendo por el abismo.
su boca amarga, seca por el llanto y su frente roja por el sol no hacen más que mancillar su imagen dentro de todos los ojos mirones.
va con su cruz pegada a su calvario, lleno de sangre por su error, por todos sus traumas.
no habrían terceras oportunidades, eso debería haberlo tenido claro.
29/3/12
16/3/12
7/3/12
la verdad
creación expresiva
No deberías de extrañarte si no puedo mirar tus ojos, el miedo; te has vuelto un algo, un algo distante y difuso, te has vuelto un algo, tantas veces; ¿puedes quitarlo? ¿puedes quitar esto que está creciendo?
En cualquier momento, quitaré mi disfraz... y para ti será difícil de creer.
Pero es verdad.
¿Me abrazarías?, por favor, dame un momento, trato de respirar, tan sólo intento, sólo estoy sobreviviendo.
Detén mi llanto. Lo siento.
Debo cubrir mis ojos, cada vez que te veo acercar, los cubro, por miedo. Porque cuando te alejas, cuando te alejas algo en mí fallece.
Algo en mí se muere.
Y no me sorprende el no poder sentarme a tu lado, es duro, entiendeme. No me dejes sola... como lo hicieron antes, tantas veces.
Para ti, hay diferentes canciones, para ti puedo tocar más de una hoy. Así no tendrá que haber silencio, no tendremos porqué estar en silencio.
Destruyamos el patrón, podemos cambiar los colores; es sólo un pequeño sacrificio, no necesitas preocuparte de los demás.
Porque al final, todo está en sus mentes.
No deberías de extrañarte si no puedo mirar tus ojos, el miedo; te has vuelto un algo, un algo distante y difuso, te has vuelto un algo, tantas veces; ¿puedes quitarlo? ¿puedes quitar esto que está creciendo?
En cualquier momento, quitaré mi disfraz... y para ti será difícil de creer.
Pero es verdad.
¿Me abrazarías?, por favor, dame un momento, trato de respirar, tan sólo intento, sólo estoy sobreviviendo.
Detén mi llanto. Lo siento.
Debo cubrir mis ojos, cada vez que te veo acercar, los cubro, por miedo. Porque cuando te alejas, cuando te alejas algo en mí fallece.
Algo en mí se muere.
Y no me sorprende el no poder sentarme a tu lado, es duro, entiendeme. No me dejes sola... como lo hicieron antes, tantas veces.
Para ti, hay diferentes canciones, para ti puedo tocar más de una hoy. Así no tendrá que haber silencio, no tendremos porqué estar en silencio.
Destruyamos el patrón, podemos cambiar los colores; es sólo un pequeño sacrificio, no necesitas preocuparte de los demás.
Porque al final, todo está en sus mentes.
2/3/12
tarde de llanto
creación expresiva
La primera vez que vi a aquel pájaro a través de mi ventana, lo vi tan radiante, tan vivo; sus colores tornasol iluminaban el ambiente y su dulce trinar parecía el sonido de una encantadora sonrisa.
La segunda vez que vi a aquel pájaro volaba en eterna elegancia, sus alas se movían con gracia y todos lo miraban maravillados por su cálido resplandor.
Muchos quisieron atraparlo, pero él nunca se dejó capturar, no permitía que nadie osara tocarlo, perdería su chispa, perdería su preciada libertad.
Después de unos días una chica intentaba acercarse, intentaba llamarlo, atraerlo; pero aquel pájaro sabía como eran los humanos, sabía que esos seres eran engañosos, que no debía confiar, no tenía que hacerlo si no deseaba sufrir.
Después de unos meses observé que aquel pájaro sólo vagaba por el cielo en torno a esa muchacha, volaba campante y cantaba en su oído, se posaba en su blanca mano y con su pequeño piquito acariciaba los cabellos ondulados y negros que bailaban con la fresca brisa.
Siguieron pasando los días, y aquel pájaro cada vez más enlazado con las amables palabras de la chica siempre dirigidas a él, se fue acercando y acercando; perdiendo toda distancia, toda protección. Recuerdo a aquel pájaro y me inundan las lágrimas.
Aquel pájaro enamorado de la muchacha sólo esperaba el momento en que esta aparecía con su vestido pastel a través de la esquina para volar a su encuentro y ver su sonrisa.
Después pasó casi un año, y aquel pájaro apenas si se acercaba a mi ventana, apenas si cantaba, su bello plumaje pasó a ser una opaca vestimenta, una mal cuidada herida; pobre pájaro.
La chica no volvió a aparecerse, y aquel pájaro cabeceaba de un lado a otro, intentando entender si de verdad lo quería, si le había tomado cariño en todo ese tiempo; preguntándose una y otra vez si hizo algo mal... ¿se sujetó muy fuerte de su mano?
Pasaron los días y aquel pájaro cayó en profunda depresión, llanto, dolor, temor, desquicio... desilusión ¿por qué ella habría de ser distinta? Después de todo era humana, un ser, una persona. Tenía que habercelo esperado, no debió haber bajado la guardia, mejor siempre inalcanzable.
Tiempo después... aquel pájaro se suicidó.
La primera vez que vi a aquel pájaro a través de mi ventana, lo vi tan radiante, tan vivo; sus colores tornasol iluminaban el ambiente y su dulce trinar parecía el sonido de una encantadora sonrisa.
La segunda vez que vi a aquel pájaro volaba en eterna elegancia, sus alas se movían con gracia y todos lo miraban maravillados por su cálido resplandor.
Muchos quisieron atraparlo, pero él nunca se dejó capturar, no permitía que nadie osara tocarlo, perdería su chispa, perdería su preciada libertad.
Después de unos días una chica intentaba acercarse, intentaba llamarlo, atraerlo; pero aquel pájaro sabía como eran los humanos, sabía que esos seres eran engañosos, que no debía confiar, no tenía que hacerlo si no deseaba sufrir.
Después de unos meses observé que aquel pájaro sólo vagaba por el cielo en torno a esa muchacha, volaba campante y cantaba en su oído, se posaba en su blanca mano y con su pequeño piquito acariciaba los cabellos ondulados y negros que bailaban con la fresca brisa.
Siguieron pasando los días, y aquel pájaro cada vez más enlazado con las amables palabras de la chica siempre dirigidas a él, se fue acercando y acercando; perdiendo toda distancia, toda protección. Recuerdo a aquel pájaro y me inundan las lágrimas.
Aquel pájaro enamorado de la muchacha sólo esperaba el momento en que esta aparecía con su vestido pastel a través de la esquina para volar a su encuentro y ver su sonrisa.
Después pasó casi un año, y aquel pájaro apenas si se acercaba a mi ventana, apenas si cantaba, su bello plumaje pasó a ser una opaca vestimenta, una mal cuidada herida; pobre pájaro.
La chica no volvió a aparecerse, y aquel pájaro cabeceaba de un lado a otro, intentando entender si de verdad lo quería, si le había tomado cariño en todo ese tiempo; preguntándose una y otra vez si hizo algo mal... ¿se sujetó muy fuerte de su mano?
Pasaron los días y aquel pájaro cayó en profunda depresión, llanto, dolor, temor, desquicio... desilusión ¿por qué ella habría de ser distinta? Después de todo era humana, un ser, una persona. Tenía que habercelo esperado, no debió haber bajado la guardia, mejor siempre inalcanzable.
Tiempo después... aquel pájaro se suicidó.
1/3/12
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