Las palabras carcomen mi garganta por querer salir, y las suelto.
Mientras transmiten tus ojos la sorpresa de una quietud; y tus brazos.
Rodean el pelo y el escupitajo, que tan calmado recibes sin replicar.
Me encantas y te odio por eso, te insulto mil veces y te quedas,
quiebras mi lógica, porque te quedas.
Te pongo otra vez a prueba, con el actuar más trastornado;
y sigues a mi lado.
Ya abandoné mi orgullo arraigado.
Puedes decir que soy tuya.
Mientras transmiten tus ojos la sorpresa de una quietud; y tus brazos.
Rodean el pelo y el escupitajo, que tan calmado recibes sin replicar.
Me encantas y te odio por eso, te insulto mil veces y te quedas,
quiebras mi lógica, porque te quedas.
Te pongo otra vez a prueba, con el actuar más trastornado;
y sigues a mi lado.
Ya abandoné mi orgullo arraigado.
Puedes decir que soy tuya.
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