Cuando el sol se esconde travieso tras el basto horizonte, dejando suaves tonalidades en un inmenso cielo. La oscuridad que a continuación absorbe todo, deja a la vista múltiples dudas en una mente temerosa del sufrimiento.
Dudas, confusiones, planteamientos, raciocinio; consumen la energía de cualquiera en una noche solitaria. ¿Sería una malvada por dejar continuar algo que se siente bien... pero a la vez no? Quizás sea el tiempo quien debería elegir, pero no se debe evadir responsabilidades... también no se pueden aplazar ciertas decisiones... y es que no estoy jugando.
Mil dudas...
Lo que hoy se siente bien, ¿se sentirá bien mañana?; y si ese bien... ¿solamente queda en eso?, ¿si me doy valor y comienzo algo, que luego no quiero?, y si después lo quiero... ¿resultaría?; ¿y si yo le gusto, y él no a mí? ¿y si es al revés?... ¿Tengo que decidirlo hoy? y lo más importante ¿estaría de acuerdo en esperar? ¿en tener paciencia? pensando que algún día pudiera decir no.
No quiero hacerle perder el tiempo.
¿Me puedo dar el tiempo de pensar en la inmortalidad del cangrejo?
29/8/10
27/8/10
free
i see more color in your eyes than the reflections from purple skies, originalmente cargada por Michelle Marie Minges.
déficit intencional
- Esta niñita tiene un problema de aprendizaje - dijo el profesor. Y la mamá la llevó a un especialista. Corría la década del 30, el déficit atencional no se había inventado, así que la gente no sabía que podía tener eso.
Las respuestas de su mamá a las preguntas del doctor rebotaban entre las paredes revestidas en roble del consultorio, mientras nuestra niñita, inquieta, que se retrasaba con sus tareas y sufría el bajo rendimiento de su escolaridad, movía impacientemente sus rodillas y revoleaba los ojitos escrutándolo todo.
- Después de haber escuchado todo lo que tu mamá me contó, necesito hablar con ella en privado. Quédate aquí, volvemos enseguida - le dijo el doctor.
Y la dejaron sola.
Antes de salir de la habitación, el doctor encendió la radio que tenía sobre su escritorio. Dejó la puerta entreabierta y le dijo a la madre: -Esperemos un momento y observémosla.
A partir del instante en el que la pequeña quedó sola, empezó a bailar. Envuelta en lo que la radio le ofrecía, comenzó a moverse al ritmo de la música y desaparecieron las pesadas paredes de roble.
Después de haber presenciado la escena desde fuera, el doctor se volvió hacia la madre y le dijo: -Señora, su hija no está enferma. Su hija es bailarina.
La niñita se llamaba Gillian Lynne, hoy tiene 84 años y ha sido una de las más destacadas bailarinas, coreógrafas y directoras británicas. Da lo mismo su éxito. Fue feliz, con eso alcanza.
Conocí esta historia en la TED de Sir Ken Robinson, autor inglés cuyo título nobiliario no es una rancia cucarda heredada, sino que deriva de sus aportes (teoría y acción) en el campo de la educación.
Comentando este episodio, la misma Gillian contaba que cuando su mamá la llevó a la escuela de danza pudo ver, plena de entusiasmo, que había muchos más como ella: "Gente que necesitaba moverse para pensar". Potente.
No soy un especialista en educación, pero, por mi inquietud y deformación profesional, puede decirse que he buceado en la creatividad. Y si hay algo de lo que puedo dar fe es que el sistema no ayuda.
Picasso decía que todos nacemos artistas y lo vamos perdiendo en el camino. La creatividad es una combinación inexplicable entre intuición y capacidad asociativa. El cerebro funciona así, es interactividad en estado puro. Y nosotros, los adultos, vamos pisando esas conexiones como si fueran hormiguitas. Eligiendo por los niños con una prepotencia utilitarista, priorizando nuestra interpretación de lo que ellos necesitan para desenvolverse en un mundo que arrogantemente pretendemos conocer.
Así vamos extrayendo su capacidad de sorpresa, de asociación, de expresión, creando los pequeños autómatas de The Wall. O como en el cuento de Daudet, "El hombre del Cerebro de oro", al que todos le van sacando un poquito hasta secarlo.
El déficit atencional es nuestro. Les prestamos un poco y nada de atención a los chicos. Nos enfocamos en mediciones y resultados formateados: señores, somos los reyes del múltiple choice. ¿Qué capacidad de pensar ideas propias pueden tener los chicos si no hay articulación, asociación, redacción, elaboración?
Repetimos un modelo social y cultural sin cuestionamientos. Y mientras pretendemos encastrar los pentágonos y los hexágonos dentro de un cuadrado, nos estamos perdiendo de inteligencias. ¿No funcionales al sistema? ¿Según quién?
Se los etiqueta: problemáticos, underachievers. Lo que me hace recordar que a Einstein le iba tan mal en el colegio que sus papás pensaron que tenía retardo. Sí, Einstein.
Probablemente hoy, igual que a Gillian, le hubieran dado una pastillita y listo, de vuelta pa' la casa.
Las respuestas de su mamá a las preguntas del doctor rebotaban entre las paredes revestidas en roble del consultorio, mientras nuestra niñita, inquieta, que se retrasaba con sus tareas y sufría el bajo rendimiento de su escolaridad, movía impacientemente sus rodillas y revoleaba los ojitos escrutándolo todo.
- Después de haber escuchado todo lo que tu mamá me contó, necesito hablar con ella en privado. Quédate aquí, volvemos enseguida - le dijo el doctor.
Y la dejaron sola.
Antes de salir de la habitación, el doctor encendió la radio que tenía sobre su escritorio. Dejó la puerta entreabierta y le dijo a la madre: -Esperemos un momento y observémosla.
A partir del instante en el que la pequeña quedó sola, empezó a bailar. Envuelta en lo que la radio le ofrecía, comenzó a moverse al ritmo de la música y desaparecieron las pesadas paredes de roble.
Después de haber presenciado la escena desde fuera, el doctor se volvió hacia la madre y le dijo: -Señora, su hija no está enferma. Su hija es bailarina.
La niñita se llamaba Gillian Lynne, hoy tiene 84 años y ha sido una de las más destacadas bailarinas, coreógrafas y directoras británicas. Da lo mismo su éxito. Fue feliz, con eso alcanza.
Conocí esta historia en la TED de Sir Ken Robinson, autor inglés cuyo título nobiliario no es una rancia cucarda heredada, sino que deriva de sus aportes (teoría y acción) en el campo de la educación.
Comentando este episodio, la misma Gillian contaba que cuando su mamá la llevó a la escuela de danza pudo ver, plena de entusiasmo, que había muchos más como ella: "Gente que necesitaba moverse para pensar". Potente.
No soy un especialista en educación, pero, por mi inquietud y deformación profesional, puede decirse que he buceado en la creatividad. Y si hay algo de lo que puedo dar fe es que el sistema no ayuda.
Picasso decía que todos nacemos artistas y lo vamos perdiendo en el camino. La creatividad es una combinación inexplicable entre intuición y capacidad asociativa. El cerebro funciona así, es interactividad en estado puro. Y nosotros, los adultos, vamos pisando esas conexiones como si fueran hormiguitas. Eligiendo por los niños con una prepotencia utilitarista, priorizando nuestra interpretación de lo que ellos necesitan para desenvolverse en un mundo que arrogantemente pretendemos conocer.
Así vamos extrayendo su capacidad de sorpresa, de asociación, de expresión, creando los pequeños autómatas de The Wall. O como en el cuento de Daudet, "El hombre del Cerebro de oro", al que todos le van sacando un poquito hasta secarlo.
El déficit atencional es nuestro. Les prestamos un poco y nada de atención a los chicos. Nos enfocamos en mediciones y resultados formateados: señores, somos los reyes del múltiple choice. ¿Qué capacidad de pensar ideas propias pueden tener los chicos si no hay articulación, asociación, redacción, elaboración?
Repetimos un modelo social y cultural sin cuestionamientos. Y mientras pretendemos encastrar los pentágonos y los hexágonos dentro de un cuadrado, nos estamos perdiendo de inteligencias. ¿No funcionales al sistema? ¿Según quién?
Se los etiqueta: problemáticos, underachievers. Lo que me hace recordar que a Einstein le iba tan mal en el colegio que sus papás pensaron que tenía retardo. Sí, Einstein.
Probablemente hoy, igual que a Gillian, le hubieran dado una pastillita y listo, de vuelta pa' la casa.
PorMartín Vinacur
Publicista de Aldea Santiago.
25/8/10
tema complicado
Aquel tema, siempre volviendo, siempre al acecho, aguardando cautelosamente el momento para salir a flote... para restregar la herida, la incomodidad, la culpabilidad. Aún cuando se tiene la esperanza de nunca más volver a tocarlo ni con el pensamiento... pero siempre está ahí... aparece; pareciera que nunca se esfumará, es como la mentira que persigue cuando sin querer de la nada se retoma un suceso en el que tergiversaste los hechos, y el cuerpo junto con la mente se colocan a la defensiva, intentando desviar la conversacion en otras direcciones.
¿No se supone que las cosas preciadas y frágiles necesitan un manejo más cuidadoso? Lo irónico es que no siempre se da. ¿Se dan cuenta que aquel tema no es un juego? Ya es suficiente, ya está superado, tuve que ser fuerte durante los días, fuerza contra el pánico, contra las verdades que de a poco eran reveladas. Cuestionando la vida, el valor de la propia vida, eso no es tarea de un niño... no a esa edad. No se culpa a nadie, de todas formas hay que estar agradecidos de poder respirar, de poder ver... y lo estoy.
Siempre creí que cuando algo se descomponía o dañaba, ya no había más que hacerle; pero no es así.
Nadie debería saber qué es el sufrimiento, nadie debería tener conocimiento alguno de aquello. Pero hoy podemos valorar los buenos momentos porque lamentablemente sabemos lo que cuestan, pero ¿podríamos valorarlos de no ser así? Probablemente no.
Estoy bien.
¿No se supone que las cosas preciadas y frágiles necesitan un manejo más cuidadoso? Lo irónico es que no siempre se da. ¿Se dan cuenta que aquel tema no es un juego? Ya es suficiente, ya está superado, tuve que ser fuerte durante los días, fuerza contra el pánico, contra las verdades que de a poco eran reveladas. Cuestionando la vida, el valor de la propia vida, eso no es tarea de un niño... no a esa edad. No se culpa a nadie, de todas formas hay que estar agradecidos de poder respirar, de poder ver... y lo estoy.
Siempre creí que cuando algo se descomponía o dañaba, ya no había más que hacerle; pero no es así.
Nadie debería saber qué es el sufrimiento, nadie debería tener conocimiento alguno de aquello. Pero hoy podemos valorar los buenos momentos porque lamentablemente sabemos lo que cuestan, pero ¿podríamos valorarlos de no ser así? Probablemente no.
Estoy bien.
23/8/10
22/8/10
en tu lugar
Me pongo en tu lugar.
"Alguien dijo que la tolerancia no era suficiente, que lo que valía era el respeto. Me parece que el respeto es tibio y que la única vía es que yo sea tú y tú seas yo".
Soy un chileno de apellido Gonzáles y Tapia. Tuve buenas notas, estudié hasta que me dolieron los ojos, cumplo mis deberes y me pongo metas altas. Pero intuyo que algo pasa en las entrevistas de trabajo. No sé si es mi pelo, mi forma de hablar, mi teléfono fijo o mi nombre. Pero estoy seguro de que el problema no está relacionado con mis capacidades. Alguien dijo por ahí una palabra en inglés que no entendí: "Es el network, estúpido".
Soy mujer. He sido humillada debido a mi condición, a mi género, por los siglos de los siglos. Gano menos, trabajo el doble, me cuesta mucho más que me contraten, debo ser buena madre, profesional, amante, esposa, hija, nuera y amiga.
Soy homosexual. Siempre tuve que esconder mis deseos, mi naturaleza y mis sentimientos. Ahora que me atreví a expresar lo que forma parte de mi cuerpo y mi alma desde que nací, debo soportar a tantos señores tratándome a mí y a mis pares con adjetivos que duelen, que afectan la dignidad.
Soy peruano. Me vine como inmigrante a buscar mejores condiciones para mi familia, pero, a cada rato, me recuerdan que soy distinto, cuando en realidad encuentro que nos vemos todos tan parecidos.
Soy un adolescente que cursa segundo medio en un colegio municipal. Mis profesores no tuvieron que dar la Prueba de Aptitud ni la PSU para estudiar. No entiendo lo que me explican, porque ellos no saben lo que dicen que entienden. Creo que mi única oportunidad en la vida es ser profesor, para ganar un sueldo sin haber aprendido.
Soy estudiante de una universidad. Supe que este año seremos miles los que vamos a egresar de esta carrera de tiza y papel. Y leí que la demanda por este oficio no llega ni al 30%. Pienso que fue una mala idea que mis papás se endeudaran de por vida para que yo me convirtiera en un cesante con cartón.
Soy una chica guapa y voluptuosa. No entiendo por qué siempre me recalcaron que debía disimular la curvatura de mi cuerpo, que eso era sinónimo de ser señorita. Veo que los hombres musculosos que van al gimnasio se ponen camisas ajustadas y nadie los indica con el dedo. Pero si yo uso escote, si mi pantalón es ajustado, eso es sinónimo inmediato de seductora, de ardiente, de símbolo de algo que no quiero simbolizar.
Soy alumno de un instituto técnico. Voy en segundo año de la carrera de Refrigeración. Mis amigos del barrio se ríen de mí, porque encuentran rasca ser técnico en vez de ser profesional. Estoy seguro de que mi decisión es buena. Mucho mejor que la de ellos. Pero me frustra que cualquier cosa que en este país no sea norma, le dé derecho a la gente para humillarte.
Soy extranjero. Llevo algunos meses viviendo aquí. Todavía no logro dilucidar porqué las personas, apenas me conocen, me preguntan por mi vida privada. Que si pololeo, que si estoy casado, que cuántos hijos, que por qué tan pocos, que cuándo el próximo. En mi país de origen, algunas de esas preguntas, si me las hicieran en la oficina, podrían ser motivo de despido.
Muchas veces, lo que podría entenderse como cálido u hospitalario, se transforma en mala educación, en chismorreo puro, en el primer paso para el compadrazo y la subvaloración de las cualidades.
No creo que haya otra manera de cambiar el statu quo. O yo me pongo en tu lugar y tú en el mío, o no hay mejora posible. O te defiendo camiseteado y tú haces flamear mi bandera, o no vamos a ningún lado. Alguien dijo que la tolerancia no era suficiente, que lo que valía era el respeto. Me parece que el respeto es tibio y que la única vía es que yo sea tú y que tú seas yo. Que nos defendamos, nos apoyemos, nos cuidemos la espalda, como uno solo. Si somos muchos los que desde hoy empezamos a decir "soy mujer", "soy gay", " soy extranjero o " soy estudiante sin oportunidades", entonces nos van a escuchar. Y nos van a dar el lugar que nos merecemos.
PorRodrigo Guendelman
Periodista y MBA, conductor en radio Zero.
18/8/10
que cueste
creación expresiva
Cabalgando hacia un nuevo lugar.
Andando entre caminos rocosos, bosques frondosos. Barro. Agua.
Agua a la distancia... un río ancho y profundo. Pero eso aún ella no lo sabe.
Sigue avanzando, a cuestas sobre el caballo; intentando mojarse lo menos posible. ¿Podrá lograrlo?
Llega a un punto donde la refrescante agua toca parte de su cálida piel en el abdomen... sigue adelante, pensando que podrá; y lo hará sin esforzarse mucho. Da las gracias por ser tan afortunada... pero el caballo comienza a hundirse y asustado al resbalar sus patas relincha y rampando intenta retroceder.
¿Qué hacer? Piensa ladeando la cabeza. Un poco desilucionada de que no podrá pasar facilmente. ¿Qué hacer? Ella esperaba no tener que hacer mucho. ¿Y si mejor no cruza? No llegaría a ese nuevo lugar pero ¿qué importa? Podría ir a otros lugares, quizás no nuevos pero serían algo seguro. Mejor olvidar su sueño y regresar. Pero es su sueño... no, no puede quedarse así.
Tiene que llegar a ese nuevo lugar. Es su destino. Así que entiende que su única opción es cruzarlo sola; la corriente no es mucha... en realidad todo está en completa tranquilidad, casi sin movimiento, como un paisaje pintado en un cuadro. Debe nadar. Quizás es mucho o talvés poco. Valiente se lanza al agua y comienza confiada; brazada tras brazada, respiración acompasada. Pero a cada distancia dominada se le suma aún más dificultad... agua cada vez más fría, cada vez más densa y la ropa mojada se le suma al peso. Inspiración y espiración pierden ritmo y se siente obligada a tragar bocanadas de aire a la vez que incómodos jadeos se apoderan de su habla. Y cuando piensa que ya no puede más una determinación desconocida le da fuerzas para finalmente llegar a la otra orilla.
Cansada y sin aliento se arodilla exhausta...
Ya más recuperada admira su entorno, un paisaje hermoso y divino, un paraiso soñado, sus aspiraciones logradas, paz y tranquilidad. Se remueve intranquila pensando en qué habría pasado si no hubiera cruzado; no tendría la dicha de haber conocido aquel lugar. Gira el rostro sobre su hombro y observa. Sus labios se curvan satisfechos.
Ahí se dió cuenta de que en aquel momento nadie la podía ayudar, porque era algo únicamente para ella. Si quería algo debía hacerlo ella misma. Nadie nunca dará el mismo esfuerzo que uno da cuando se trata de algo para uno, algo que se quiere. Y aquel esfuerzo hecho valdrá totalmente la pena.
Ella agradece haberlo dado.
Pensar que me costó todo este tiempo entender algo tan simple... ¿será tarde ya?
Realmente no me importa si ya es tarde... aun así me esforzaré.
Cabalgando hacia un nuevo lugar.
Andando entre caminos rocosos, bosques frondosos. Barro. Agua.
Agua a la distancia... un río ancho y profundo. Pero eso aún ella no lo sabe.
Sigue avanzando, a cuestas sobre el caballo; intentando mojarse lo menos posible. ¿Podrá lograrlo?
Llega a un punto donde la refrescante agua toca parte de su cálida piel en el abdomen... sigue adelante, pensando que podrá; y lo hará sin esforzarse mucho. Da las gracias por ser tan afortunada... pero el caballo comienza a hundirse y asustado al resbalar sus patas relincha y rampando intenta retroceder.
¿Qué hacer? Piensa ladeando la cabeza. Un poco desilucionada de que no podrá pasar facilmente. ¿Qué hacer? Ella esperaba no tener que hacer mucho. ¿Y si mejor no cruza? No llegaría a ese nuevo lugar pero ¿qué importa? Podría ir a otros lugares, quizás no nuevos pero serían algo seguro. Mejor olvidar su sueño y regresar. Pero es su sueño... no, no puede quedarse así.
Tiene que llegar a ese nuevo lugar. Es su destino. Así que entiende que su única opción es cruzarlo sola; la corriente no es mucha... en realidad todo está en completa tranquilidad, casi sin movimiento, como un paisaje pintado en un cuadro. Debe nadar. Quizás es mucho o talvés poco. Valiente se lanza al agua y comienza confiada; brazada tras brazada, respiración acompasada. Pero a cada distancia dominada se le suma aún más dificultad... agua cada vez más fría, cada vez más densa y la ropa mojada se le suma al peso. Inspiración y espiración pierden ritmo y se siente obligada a tragar bocanadas de aire a la vez que incómodos jadeos se apoderan de su habla. Y cuando piensa que ya no puede más una determinación desconocida le da fuerzas para finalmente llegar a la otra orilla.
Cansada y sin aliento se arodilla exhausta...
Ya más recuperada admira su entorno, un paisaje hermoso y divino, un paraiso soñado, sus aspiraciones logradas, paz y tranquilidad. Se remueve intranquila pensando en qué habría pasado si no hubiera cruzado; no tendría la dicha de haber conocido aquel lugar. Gira el rostro sobre su hombro y observa. Sus labios se curvan satisfechos.
Ahí se dió cuenta de que en aquel momento nadie la podía ayudar, porque era algo únicamente para ella. Si quería algo debía hacerlo ella misma. Nadie nunca dará el mismo esfuerzo que uno da cuando se trata de algo para uno, algo que se quiere. Y aquel esfuerzo hecho valdrá totalmente la pena.
Ella agradece haberlo dado.
Pensar que me costó todo este tiempo entender algo tan simple... ¿será tarde ya?
Realmente no me importa si ya es tarde... aun así me esforzaré.
9/8/10
superar un fracaso
Los 4 pasos para superar un fracaso.
1) Salir del shock: Como en el duelo, lo primero que sobreviene es una etapa de shock, donde se tiende a negar lo sucedido, dicen los expertos. Hay que aceptar lo antes posible lo ocurrido.
2) Buscar ayuda entre los cercanos: Al shock le sigue una etapa de gran tristeza, que puede ser peligrosa si se vive en completa soledad. Hay que pedir ayuda a los amigos y familia si la pena nos supera.
3) Realizar la introspección: Tras superar las emociones más inmediatas, lo más adecuado es someter lo ocurrido a una revisión. ¿De quién es la responsabilidad? ¿De nosotros o del entorno?
4) Establecer estrategías: Cuando ta está claro el panorama, es importante crear estrategías de corto y largo plazo. Las primeras son para solucionar lo inmediato, y las últimas, para evitar caídas futuras.
1) Salir del shock: Como en el duelo, lo primero que sobreviene es una etapa de shock, donde se tiende a negar lo sucedido, dicen los expertos. Hay que aceptar lo antes posible lo ocurrido.
2) Buscar ayuda entre los cercanos: Al shock le sigue una etapa de gran tristeza, que puede ser peligrosa si se vive en completa soledad. Hay que pedir ayuda a los amigos y familia si la pena nos supera.
3) Realizar la introspección: Tras superar las emociones más inmediatas, lo más adecuado es someter lo ocurrido a una revisión. ¿De quién es la responsabilidad? ¿De nosotros o del entorno?
4) Establecer estrategías: Cuando ta está claro el panorama, es importante crear estrategías de corto y largo plazo. Las primeras son para solucionar lo inmediato, y las últimas, para evitar caídas futuras.
5/8/10
venus de pieles
"La moraleja de este cuento es: cualquiera que permite que lo latigueen, merece ser latigueado."
-"Como has visto, yo he sido latigueado pero sané; las nubes rosas del ultrasensualismo han desaparecido y nunca nadie podrá hacerme creer nuevamente que estas 'manos sagradas de Benarés' o que el gallo de Platón sean la imagen de Dios."
La Venus de las Pieles
Sacher-Masoch
estrés
Vamos de mal en peor.
Qué decir... Las manecillas del reloj están corriendo, yo mientras dejo escapar tiempo valioso; lo estoy desperdiciando. Muchas veces necesité que alguien me diera un empujón, pero eso nunca ocurrió; mi voz cayó sin pedir nada. Hoy por primera vez lo pido. Lo pido con mis brazos abiertos. Dispuesta a recibirlo. No habrá rechazo. Un abrazo. Un abrazo silencioso y caricias fraternales. Por un momento quiero ser un bebé que estira sus brazos con el deseo de ser tomado. Mis manos cubriendo mis ojos, pasan a ser una fuente profunda... sin fondo; y de entre mis dedos caen cascadas eternas. Pequeña, grande, mujer, niña. Confusión, temor, stress. Tranquila, cierra los ojos, respira, cálmate... mente fría nuevamente. La lluvia se ha detenido y suaves rayos de sol tocan mi rostro; el cielo se está despejando. Ya no hay tormenta. Es hora de calmarse y controlar todo. Nuevas visiones siempre son buenas... más opciones que las primeras siempre es mejor. Más información ciertamente es necesaria.Investigar, recopilar datos, ordenarlos, conocer pro y contras, aclararse.
Pronto llegará el tiempo de sonreír.
Por el momento ánimo.
4/8/10
cuenta regresiva
Ya no hay marcha atrás; porque ya lo único que queda es mirar hacia delante.. un camino con un fin determinado, sin paradas ni cambio de velocidad. Nada hará más lento el andar, ni el cansancio, ni el viento, ni la lluvia, ni el caluroso sol, ni la fría luna.
Me siento abrumada.. agobiada por todo lo que se vienen encima, indefensa, a merced de lo que suceda; una bomba de tiempo. Tiempo... tiempo limitado; poco falta para que pueda ver los ceros parpadeando y contrastando con el fondo negro.
Una prueba. Una maldita prueba que me limita, un disco pare en el camino. ¿Quién sabe si despues me veré frente a un ceda el paso?
Solo quiero dormir, y que el sueño me lleve a mi niñez sin preocupaciones, problemas pequeños para gente pequeña.
¿Miedo? ¿Temor? ¿Verguenza?
Me siento abrumada.. agobiada por todo lo que se vienen encima, indefensa, a merced de lo que suceda; una bomba de tiempo. Tiempo... tiempo limitado; poco falta para que pueda ver los ceros parpadeando y contrastando con el fondo negro.
Una prueba. Una maldita prueba que me limita, un disco pare en el camino. ¿Quién sabe si despues me veré frente a un ceda el paso?
Solo quiero dormir, y que el sueño me lleve a mi niñez sin preocupaciones, problemas pequeños para gente pequeña.
¿Miedo? ¿Temor? ¿Verguenza?
1/8/10
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